viernes, 21 de enero de 2011

IMPACTO DE LAS INTERRUPCIONES DEL SUMINISTRO ELÉCTRICO EN LA SOCIEDAD MODERNA

IMPACTO DE LAS INTERRUPCIONES DEL SUMINISTRO ELÉCTRICO EN LA SOCIEDAD MODERNA
Autora: Carmen Luisa Vásquez


La electricidad comienza a prestarse y distribuirse como servicio a partir del siglo XIX, soportando el progreso tecnológico de la sociedad desde este momento. Actualmente este servicio ocupa un lugar primordial, resultando imprescindible en la mayoría de las actividades humanas. El desarrollo tienen una significativa dependencia a las tecnologías, por ejemplo, de cajeros automáticos, control de tráfico aéreo o terrestre, de edificios, de procesos industriales, centros hospitalarios y de cómputos, sistemas de comunicaciones, operaciones bursátiles, entretenimiento y otras, y a la fuente que se necesitan para su funcionamiento, entre éstas la energía eléctrica, lo que justifica las razones por las cuales cada día se le exige mayor confiabilidad a este servicio. En este sentido, el estudio de las causas y posibles medidas de mitigación de las interrupciones se justifican ampliamente durante su historia.

Un caso de una interrupción importante digno de estudiar, por su impacto y consecuencias, es el famoso apagón general (blackout, en la literatura inglesa) de la ciudad de Nueva York y de la mayoría del sistema eléctrico nororiental de los EUA en 1965. Aparentemente su causa se le atribuye a la operación errática de las protecciones en la subestación Clay en Niagara Falls, aunque este hecho nunca fue aclarado a la opinión pública, como lo expresaban en los diarios en este momento. Sin embargo una situación similar al apagón de 1965 se produce en la misma región en el año 2003, es decir, un año después del ataque en las torres gemelas, lo que causa el pánico ante la posibilidad que el suceso hubiera sido provocado por un atentado terrorista. Ese mismo año ocurren apagones generales en Inglaterra, Italia y Suecia y Dinamarca, entre otros, ocasionando efectos similares: pánico en la población, colapso en las vías de transporte, pérdidas económicas y otras.
La gran dependencia moderna a la confiabilidad de los servicios, en especial del servicio eléctrico, hace pensar que el impacto de las interrupciones no puede ser valorado sólo por las pérdidas económicas que introduce su suspensión, sino por el impacto social adicional que ocasiona. Al momento de una interrupción ocurren pérdidas económica en el sector productivo, principalmente porque al detener sus procesos disminuyen sus ingresos por los productos no terminados que no pueden ser colocados en el mercado o servicios no prestados, incremento de los costos debido a la fuerza laboral paralizada en esos momentos, a los recursos económicos y humanos adicionales necesarios para poner en marcha de nuevo estos procesos y daños a los equipos, entre otros. Adicionalmente las empresas del servicio eléctrico reportan pérdidas por concepto de pago de horas extras a sus empleados y por la reposición de equipos para restablecer el sistema, energía y consumos dejados de facturar y sanciones contempladas en las normas, entre otros. Aunado a las pérdidas económicas los impactos negativos en la sociedad que aparecen en el momento de una interrupción del suministro son cada vez más notorios: malestar por el deterioro de la calidad de vida, aumento de la sensación de inseguridad y colapso en las vías de transportes terrestres y aéreos, hasta ahora han sido los más significativos.

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